Comenzando con el pie derecho:
Construyendo relaciones y creando un ambiente acogedor
Por: Suzanne Adinolfi, Ph.D. | 21 Agosto 2025
Al iniciar un nuevo año escolar, las aulas de educación infantil cobran vida con nuevos rostros, sonidos, rutinas y nuevas oportunidades. Para los niños pequeños, esta transición puede ser tanto emocionante como un poco abrumadora. Desde el primer día, los educadores de la primera infancia deben enfocarse en establecer un entorno positivo, predecible y afectuoso para sus jóvenes estudiantes. Los niños prosperan cuando se sienten seguros emocionalmente, conectados y bien atendidos.
Las relaciones importan
Durante los primeros años, el cerebro de los niños se desarrolla rápidamente, y las relaciones son la base de ese desarrollo. Investigaciones del Center on the Developing Child de Harvard destacan que “las relaciones receptivas y afectuosas con los cuidadores son el factor más importante para apoyar un desarrollo cerebral saludable” (Harvard University, 2023). Los vínculos seguros con adultos constantes ayudan a regular el estrés y fomentan el desarrollo de habilidades sociales y emocionales en formación (Zero to Three, 2021). Para los niños en edad preescolar, las relaciones positivas construyen la confianza necesaria para interactuar con sus compañeros, expresar ideas, enfrentar desafíos y explorar el mundo con seguridad.
Aquí hay unas estrategias basadas en evidencia para construir un ambiente acogedor desde el primer día:

Diseña un aula acogedora y predecible
Los niños se sienten seguros cuando el entorno es familiar, bien organizado y tranquilo. Prepara áreas suaves para el juego tranquilo y ofrece materiales atractivos en todos los centros. Coloca fotos de miembros de la familia a la altura de los ojos de los niños y mantén ubicaciones consistentes para los materiales y las rutinas. Asegúrate de colocar un horario visual y revisarlo a lo largo del día, para que los niños sepan qué esperar a continuación. Los espacios predecibles ayudan a reducir la ansiedad y promueven la exploración (Curtis & Carter, 2015).

Usa saludos cálidos y consistentes
Rituales diarios como saludar a cada niño por su nombre, con una sonrisa y un gesto elegido por ellos, como un apretón de manos, un abrazo o un “choca esos cinco”, fortalece su sentido de pertenencia y seguridad. Según el National Center on Safe Supportive Learning Environments, los saludos consistentes comunican a los niños que son valorados y refuerzan el sentido de pertenencia (NCSSLE, 2020). Permíteles elegir cómo desean ser saludados cada día, y acompáñalo siempre con contacto visual y una expresión genuina de alegría por verlos.

Prioriza el cuidado primario y la continuidad
Asigna a cada bebé o niño pequeño un cuidador principal, para que pueda construir un vínculo constante durante el día. La continuidad en el cuidado mejora la regulación emocional y apoya un apego seguro. Los bebés con un estilo de apego seguro muestran confianza en que sus necesidades emocionales y físicas serán satisfechas, lo que les permite explorar el mundo, relacionarse y regular emociones de manera efectiva.

Comunícate con las familias desde el inicio y con frecuencia
Las alianzas con las familias comienzan con la confianza. Establece un contacto positivo desde de los primeros días compartiendo algo especial que el niño haya hecho. Invita a las familias a aportar sobre rutinas, transiciones y preferencias culturales (NAEYC, 2023). Cuando las familias y los educadores colaboran, crean una responsabilidad compartida por el aprendizaje y bienestar del niño. Esta conexión permite una comprensión más completa de las fortalezas y necesidades individuales del niño. Esto facilita ofrecer apoyos personalizados y favorece su desarrollo integral: social, emocional y cognitivo. Envía a casa un breve formulario de “Conociéndote” que invite a las familias a compartir los gustos, rutinas y objetos de consuelo de su hijo. Usa esta información para fortalecer el vínculo con el niño y apoyarlo en su adaptación.

Apoyando a los niños durante la separación
La ansiedad por separación es una parte natural del desarrollo en la primera infancia, especialmente cuando los niños se están adaptando a nuevas rutinas y rostros desconocidos. Puede manifestarse como apego excesivo, llanto o retraimiento al separarse de los cuidadores principales. Comprender que esta es una respuesta emocional normal ayuda a las familias y maestros a abordarla con empatía y calma. Los maestros y miembros de la familia pueden facilitar la transición usando un tono sereno, proyectando seguridad y manteniendo una actitud tranquila. Brindar a los niños información clara sobre el día escolar y decirles cuándo regresará un padre les genera confianza. Por ejemplo: “Hoy vamos a pintar nuestras sombras afuera. Tu mamá vendrá a recogerte después del almuerzo y podrás mostrarle tu pintura”.
Reflexión final
El tono que establezcas en las primeras semanas de clases puede crear una base de seguridad emocional que apoya el crecimiento de los niños durante todo el año. Cuando los educadores de la primera infancia honran la experiencia de cada niño, colaboran con sus familias y crean espacios consistentes, de asombro y conexión, hacen más que enseñar: nutren aprendices curiosos y seguros para toda la vida.
Referencias
- Curtis, D., & Carter, M. (2015). Designs for Living and Learning: Transforming Early Childhood Environments (2nd ed.). Redleaf Press.
- Harvard University – Center on the Developing Child. (2023). Key Concepts: Serve and Return. https://developingchild.harvard.edu/science/key-concepts/serve-and-return/
- National Center on Safe Supportive Learning Environments (NCSSLE). (2020). Creating Welcoming Schools.
- NAEYC. (2023). Tips for Families: Kindergarten, Here We Come!. https://www.naeyc.org/our-work/families/kindergarten-here-we-come
- Zero to Three. (2021). The Growing Brain: From Birth to 5 Years Old.

Sobre el autora:
Dr. Suzanne Adinolfi, Ph.D.
Suzanne es la Directora de Investigación y Desarrollo de Contenido en Learning Beyond Paper, Inc. Tiene un doctorado (Ph.D.) en Educación Infantil y títulos adicionales en Educación de Estudiantes Excepcionales y Psicología de la Florida State University y Palm Beach Atlantic University. Su carrera incluye 13 años en la División de Aprendizaje Infantil de Florida, donde desarrolló contenido para la primera infancia y lideró iniciativas como la revisión de los Estándares de Aprendizaje y Desarrollo Infantil de Florida. También cuenta con amplia experiencia en facilitar la inclusión de niños con necesidades especiales y problemas de salud mental en diversos entornos de cuidado infantil. Con más de 10 años de experiencia en la enseñanza en el aula y seis años de docencia universitaria a nivel de pregrado, Suzanne aporta un gran conocimiento y pasión a su rol actual. Su investigación se centra en la formación docente, el diseño curricular y el uso del aprendizaje-servicio en aulas de educación infantil, sobre lo cual coautoró un artículo para la publicación Young Children de NAEYC.
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